Podríamos
afirmar que desde el inicio de la historia, siempre ha existido la inquietud
por registrar los hechos, acontecimientos y generar un testimonio de aquellos
eventos considerados de importancia para uno o más grupos de personas. Bajo este
principio nació la fotografía.
Con
el paso de los años y el vertiginoso avance de la tecnología, la fotografía ha
evolucionado drásticamente con equipos cada vez más portátiles, sencillos de
operar y económicamente accesibles. Si le sumamos el hecho de la gran
penetración de los teléfonos inteligentes que cuentan con cámaras incorporadas,
tenemos que esta práctica se ha convertido en un hábito cotidiano en los
hogares modernos, registrando muchos momentos importantes en la vida familiar.
Y
a pesar de que en la actualidad existen cámaras fotográficas en millones de
hogares, hay eventos sociales que por su relevancia y significado, requieren
del apoyo de un verdadero profesional de le fotografía. Este es el caso de
matrimonios, bautizos, cumpleaños y ocasiones que, ya sea por su importancia
religiosa, social o familiar, obligan a contar con un testimonio fotográfico de
calidad para la posteridad.
Así
que, si tienes inquietudes artísticas y creativas a través de la fotografía,
bien podrías intentar abrirte camino a través de este interesante oficio, cuya
práctica te permitirá enriquecer tus habilidades con el lente y complementarlas
con tutoriales en internet y cursos sobre esta línea de trabajo.
Y
a pesar que no existe una metodología específica que garantice buenos
resultados, serán la intuición, el sentido de la oportunidad y la sensibilidad,
los recursos más importantes de los cuales dispondrás para tener éxito en el
registro fotográfico de eventos sociales.
Además
de estas cualidades con las que debes contar como profesional de la fotografía
social, existe un complemento importante como lo es el equipo fotográfico, el
cual debe ser, preferiblemente, portátil
y ligero, que te permita la posibilidad de desplazarte fácilmente y de
forma constante sin requerir ningún tipo de asistencia adicional.
Por
lo general, las personas suelen recomendar los servicios de un fotógrafo entre
amigos y conocidos, por esta razón, tu mejor tarjeta de presentación serán las
referencias de tus clientes sobre la calidad del trabajo que hayas realizado
para ellos.
En este orden de ideas, conviene que cuentes con un
portafolio para que puedas dar a conocer los estilos y conceptos que eres capaz
de brindar, por ello es recomendable concertar una cita con tu cliente y mostrar
tu trabajo y en una breve entrevista o conversación personal, brindes detalles
e información sobre tu trabajo.
Es importante que tomes en cuenta que los clientes
contratan a alguien con quien se sientan cómodos, es decir, tu trabajo no se
limita exclusivamente al hecho de tomar las mejores imágenes, sino que estás
llamado a hacer de la ocasión, un grato recuerdo, por ello es imprescindible
que hagas empatía con el cliente, aspecto que le brindará confianza, factor que
redundará en beneficios tanto para ti, en el desarrollo del trabajo, como para
ellos, en el disfrute de su evento y todo ello quedará plasmado en las
imágenes.
Por último, no pierdas de vista que el profesional de la fotografía social, puede poner a disposición su experiencia y habilidad o bien en forma directa a sus clientes o en conjunto con un grupo especializado en organización de eventos, donde se incluyen otros servicios como el video, la decoración y grupos musicales, así que no descartes la idea de asociarte con otras personas, de esta manera tendrás más oportunidades de ser contratado en una especie de paquete integral de servicios.